Esta torre se levanta a la derecha de la Torre de las Damas. En su interior se encuentra un oratorio, dispuesto para las personas que habitaban el palacio inmediado. En 1932 fue devuelta a su aspecto primitivo tras una restauración desafortunada del siglo XIX.
La fachada, que posee arco de herradura en su centro, aún conserva restos de las yeserías decorativas. La estancia interior se encuentra dividida en dos partes desiguales por un arco semicircular. El mihrab, con techo de maderas ensambladas, es muy semejante a los de las mezquitas norteafricanas. En su arco de herradura cubierto de mocárabes puede leerse la siguiente inscripción: "Ven a orar y no seas de los negligentes".
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