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03/12/2019
El Patronato de la Alhambra “resucita” una bóveda de las cuatro del Palacio de Comares. Dicha bóveda desapareció al unir los Palacios Nazaríes al de Carlos V.
Para ello, el Museo de la Alhambra ofrece al visitante viajar en el tiempo para imaginar esta pieza casi perdida en su totalidad, gracias a la exposición temporal “¿Una bóveda desaparecida de la Alhambra?”.
La reconstrucción se basa en una investigación científica, firmada por Gaspar Aranda Pastor hace veinte años sobre el Patio de Comares, construido durante el sultanato de Yusuf I y continuado por su hijo Muhammad V.
El Palacio de Comares conserva las bóvedas de mocárabes con medina más antiguas del arte nazarí, y representan tres de los cuatro ejemplos de ingeniería, cuyo máximo exponente es el Patio de los Leones.
La bóveda desparecida, la cuarta, es la que cubría una de las cuatro alcobas o iwanes del Palacio de Comares. Pero ésta se desplomó al unir la estancia con el Palacio de Carlos V desde una escalera. Esto provocó una caída de esta pieza y la perforación del muro que separaba la construcción nazarí de la renacentista.
Purificación Marinetto -responsable del departamento de Conservación de Museos y especialista en Arte Hispanomusulmán- explicó a la agencia EFE que esta exposición permite acercarse al uso de las bóvedas con mocárabes, una solución tridimensional geométrica decorativa que a su vez sustenta parte del monumento.
La técnica del mocárabe comenzó en el Palacio de Comares y evolucionó en el patio de los Leones. Hoy, con el derrumbe de la bóveda se puede conocer el diseño de las adarajas, que son las piezas que se unían a modo de puzzle y de forma escalonada creando el mocárabe colgante del techo.
Gracias a los fragmentos que se conservan en dicho palacio y los cuatro en el Museo de la Alhambra se ha podido reconstruir a escala 1.2 esta bóveda desaparecida con un tamaño de algo más de un metro -la mitad del original-.
Esta maqueta ha sido realizada por Gloria Aljazairi -Doctora en Historia del Arte y restauradora-. Es la protagonista de la muestra y ayuda a comprender el trabajo de los artesanos para confeccionar en los mocárabes del monumento nazarí en 1370.
Marinetto explicó que "gracias a los restos que se han conservado podemos ver todo el diseño en adarajas. Y lo bonito de observar estos fragmentos fuera de su contexto es que nos permite ver la parte trasera, ver cómo se construyeron”.
La parte trasera que es inaccesible en el monumento, conserva aún las huellas de los artesanos en el yeso que utilizaban como pegamento para unir las piezas una a una al igual que un puzle, dando como resultado una obra de arte.
La nueva bóveda permite recuperar los once tipos de adarajas distribuidas en ocho pisos escalonados, siguiendo una estructura de estrellas de ocho. Dichas adarajas se decoraron con motivos vegetales policromados en dorado, rojo, blanco y negro.
Paralelamente a la a la exposición, el Patronato de la Alhambra organizó un curso para diseñar y ejecutar mocárabes y bóvedas. Un total de veinte alumnos han participado en la simulación del trabajo artesanal de la Edad Media en Granada. Han rememorado el sistema pitagórico de proporciones y han convertido plantillas de triángulos o rectángulos en bóvedas.