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Fueron construidos al este del Palacio de Comares, siguiendo el modelo de las termas romanas. Así pues, la Sala de las Camas, primera estancia que nos encontramos al entrar en los baños, sería el «apoditerium», que se utilizaba para desvestirse antes del entrar al baño, y posee un espacio cuadrado en el centro, delimitado por columnas, en el que encontramos una fuente y galerías a su alrededor, así como un espacio abierto al piso superior, desde cuya galería se dice que el monarca se asomaba para ver a sus mujeres desnudas, y después lanzaba una manzana a aquella que había elegido para pasar la noche. A los lados encontramos camas destinadas al descanso posterior al baño, con alicatados de colores. Toda la decoración existente es de época cristiana, ya que debido al mal estado que han presentado los baños a lo largo de los siglos, han hecho que se restauren y reconstruyan varias veces.
En el piso superior podemos encontrar una salita con armadura de lazo de estilo mudéjar, y sus arcos poseen inscripciones y adornos de mitad del siglo XV.
El resto de salas es muy simple, sin adornos en las paredes, con pavimento de mármol, zócalos de azulejos muy sencillos, arcos de herradura sin decorar y bóvedas con lucernas en forma de estrella, que estuvieron cerradas con vidrios de colores, y que servían para iluminar la estancia.
La siguiente sala es el «frigidarium» o sala fría donde, al contrario que en las termas romanas, en los baños árabes se sustituye la piscina por una pila de agua fría. La sala central es el «tepidarium» o sala templada, que comunica con las otras salas mediante arcos escarzanos, y a continuación accedemos al «caldarium» o sala del vapor, que era la sala caliente del baño, en la que existió una caldera de cobre donde se calentaba el agua que se conducía por galerías subterráneas para calentar estas estancias. Aún podemos encontrar en un nicho de azulejos al fondo de la sala el caño por el que salía el agua caliente. Desde esta sala se hacía el recorrido contrario de nuevo hasta el «apoditerium», con lo cual se obtenía un baño con gradación de temperaturas muy agradable. De hecho, la distribución de estos baños de la Alhambra no es específica de ellos sino que era común en los baños árabes.