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Quizás sea el patio de los Leones el lugar más conocido de la Alhambra. Su nombre procede de los doce leones surtidores de la fuente que ocupa el centro del patio, leones sobre los que descansa la gran taza de forma dodecagonal y que la rodean. Esta fuente, de mármol blanco, es una de las más importantes muestras de la escultura musulmana. En el borde de la taza, se encuentra esculpido un poema de Ibn Zamrak. A comienzos del siglo XVII se le añadió otra taza que en la actualidad se encuentra en el jardín de los Adarves, junto con el surtidor que la remataba, que era posterior, como se puede observar en el grabado.
Mandado construir por Mohamed V, su planta es rectangular, y está rodeado por una galería a modo de claustro cristiano, lejos del estilo del típico patio musulmán andaluz, más parecido al que presenta el Patio de los Arrayanes, sostenido por 124 columnas de mármol blanco y fino fuste, los cuales presentan en su parte superior multitud de anillos, y sostienen capiteles cúbicos y grandes ábacos, decorados con inscripciones y ataurique. Bajo el friso de madera tallada corren arcos de yeso peraltado, menos los de los pabellones y extremos de los lados más largos de la galería, que son de mocárabes, con enjuntas de decorado calado en forma de rombo. Los dos centros de los lados más largos del patio tienen arcos de medio punto mayores que el resto y poseen unas arquivoltas de mocárabes, mientras que las enjutas presentan una decoración de ataurique. Estos arcos comunican el patio con la Sala de los Abencerrajes y con la Sala de Dos Hermanas. Sobre estos arcos podemos distinguir los aposentos de las mujeres del sultán. En el centro de cada una de las galerías cortas se encuentran los pabellones, que avanzan sobre el patio, de planta cuadrada, y recubiertos de cúpulas semiesféricas de madera en su interior.
El centro del patio era de jardín bajo y el piso de las galerías de mármol blanco. Este jardín ha sufrido muchas modificaciones a lo largo de los años, y actualmente se ha optado por eliminarlo prácticamente con el fin de evitar humedades que aparecieron en otras épocas. Presenta unos canales de mármol blanco que parten del interior de los pabellones y bajo los cenadores, que confluyen en la fuente central en forma de cruz. En los extremos de los canales existen unos surtidores que proveen de agua a la fuente central.