30/11/2015 8:00:00
La Alhambra de Granada, expone los surtidores de la Fuente de los Leones. Siendo el más antiguo, el original de la taza de la Fuente de los Leones, que se construyó para ser el centro del Palacio del Riyad al-Saíd (Palacio del Jardín Feliz); conocido como el Palacio de los Leones.
Surtidor de la Fuente de los Leones (Patronato de la Alhambra)
Dicho palacio, se construyó entorno al año 1380 por el sultán Muhammad V. Situándolo en los jardines del palacio de su padre. Programó una fuente de diseño original para situarla en el centro de su patio.
Una fuente única en cuando a estructura y decoración. Su taza es dodecagonal, apoyada sobre doce leones diferentes. En el borde superior de esta taza, se encuentran tallados seis versos dentro de cartelas.
Éstos pertenecen a la casida de 146 versos, escrita por Ibn Zamrak, que pretendían describir el Palacio del Riyad. La fuente se describe como uno de los elementos más especiales y espectaculares.
La Fuente de los Leones, iba cambiando a lo largo de los años adaptándose a nuevos gustos. Pero su surtidor original se conservó intacto y en uso. Al desmontarse el 9 de julio de 1966 la segunda taza, se podía ver este surtidor.
Según el trabajo del padre Darío Cabanelas y el profesor Antonio Fernández Puertas, el 18 de marzo de 1981 se desmontó a petición de ellos, el cilindro que hacía la función de surtidor. El objetivo era estudiar el mecanismo medieval. Comprobándose que se mantuvo hasta nuestros días.
Los versos que Ibn Zamrak extrae de la casida para tallar en la fuente, describen el palacio, la fuente, así como su funcionamiento:
“...¿No ves cómo el agua se derrama en la taza,
pero sus caños la esconden enseguida?
Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas,
lágrimas que esconde por miedo a un delator...”
Ibn Zamrak
(trad.. D. Cabanelas y A. Fernández Puertas)
El surtidor en forma de cilindro moldurado en caliza crema, frente al mármol blanco de Macael que presenta la taza y los Leones, está perforado con dos anillos de ocho agujeros. Los mayores inferiores y los superiores menores, se unen a tubos de plomo, que conducen hacia el interior del cilindro. De esta forma el agua se derramaba a la taza, y desaguaba al interior. Permitiendo así un movimiento constante en silencio del agua, como un nacimiento natural tal como se describe en el poema.
La solución y el mecanismo tan sutil, se pierde con los cambios que se realizaron en la fuente. Primero al superponer una segunda taza nazarí, que se reutilizó de otro sitio, y que actualmente se sitúa en el jardín de los Adarves de la Alcazaba. Además se incorporó posteriormente un alto surtidor, que supone el efecto contrario al nazarí. Ya que permitía un alto chorro de agua que era lanzado hasta cuatro metros de altura y rompía en la taza y las figuras de leones.
El surtidor alto moldurado, como si fueran collarinos de columna, se dice que imitaba a otros más pequeños de época nazarí, que tienen tallada su superficie con ondulaciones en zigzag; evocando así el efecto de ondas del nacimiento de agua sobre una superficie irregular. Este surtidor, del siglo XIX, era mucho mayor y tenía una función totalmente diferente a la medieval. Respondía a una estética y gustos de fuentes más espectaculares, con chorros altos y que se rompen.
Fuente: Patronato de la Alhambra y Generalife – Agenda Andalucía Cultura
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